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lunes, 18 de febrero de 2008

Me dijo que me dejaba por otra

Me dijo que me dejaba por otra.
—¿Por quien? —pregunté yo.
Él cogió aire.
Me miró despacio.
Luego se tocó el cuello como cada vez que estaba nervioso, como la vez en la que me propuso viajar hasta aquella ciudad.
—Me voy con Barcelona —me dijo con ojos tristes— ¿Lo siento?

9 pisaron la hierba:

Carlos Frontera dijo...

No es tan extraño, tiene sus ventajas, no te creas: una ciudad nunca te reprochará con esa mirada suya tan, ni se negará a salir un domingo con la excusa de una cerveza y el partido de la jornada.

Anónimo dijo...

Y siempre puede viajar hasta aquella ciudad, como la otra vez.

La ciudad en la que se encuentran.

Abandonar por la ciudad, vida nueva. ¿Me equivoqué? Puede no querer venir.

Está bien

Lucía Bubok dijo...

Hola! Soy nueva por aquí, me llamo Lucía.
Me ha encantado tu blog, la frescura que trasmite en cada entrada.
Pero qué tristeza he sentido al leer esta última! ha sido un sentimiento indescriptible, tal vez por la gran verdad que refleja: hay quien no sabe vivir lejos de su lugar... ojalá siempre exista alguien que quiera acompañarnos.
Volveré!! un saludo!

Arilena dijo...

Tendré que probarlo algún día Viajero, aunque de momento yo me iría con Londres.


Abandonar por la ciudad, sí. Se trata de cambiar, de moverse.
Una ciudad es como una persona, nunca puede llegarse a conocer del todo.

Pablo.- dijo...

Lo conté alguna vez: ella dijo que quería ser Suiza. No que quería ser una ciudadana de ese país, sino que quería ser el país, su aire cortante y limpio, la violencia quietud de las montañas, la gente amable, su limpieza, su perfección en el orden casual... Sé también que lo consiguió. Hay personas que se vuelven ciudades, es ese tipo de cosas que se consiguen por una forma peculiar de amor.

No he vuelto a viajar a Suiza.

Arilena dijo...

Se bienvendia Lucía. Gracias por el comentario.
Es verdad, a veces es triste, irse. Yo no lo sé. Soy madrileña pero no conozco mi ciudad, me siento más de otros sitios, más del norte, del verde, de otras ciudades.
Vuelve cuando quieras, pasa al jardín y sientate a la sombra (o al sol), sobre la hierba (o en una silla). Aquí existen tantas posibilidades como visitantes.
Un saludo de vuelta

Arilena dijo...

Hay personas que se vuelven ciudades, es ese tipo de cosas que se consiguen por una forma peculiar de amor.

Eso mismo.

Anónimo dijo...

Pase por aquí...

otra vez...

me gusta lo que haces...

y como lo haces...

sigue por favor...

J.

Lucía Bubok dijo...

Gracias por la bienvenida, Arilena.
Yo sí sé lo que es "irse" y aunque puedo volver, sé que pasará mucho tiempo hasta que vuelva a ser lo mismo, si es que vuelve a serlo...
Yo soy del norte, y vivo en Madrid desde hace algo más de tres años. No quiero ser esta ciudad, tan fría, tan rápida en sus pasos, tan impersonal, tan crecida...
Quiero viajar, y conocer ese lugar del mundo que está hecho para mí.
De momento, me siento bien en este jardín.
Lucía.