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o 1 BUZÓN AGENDA PARA LEER ANDANDO HUELLAS AJENAS LITERATURAENBREVE

sábado, 15 de diciembre de 2007

Yo no he oído nada

—¿Ése era el timbre de la comida?
—¿El qué?
—Eso. Eso que ha sonado.
—Yo no he oído nada.
—Tienes que haberlo oído.
—No.
Se callan. El primero que ha hablado lleva un pijama verde. El otro, en los pies, unas zapatillas a cuadros. En una, por un agujero en la punta, le asoma el dedo gordo. Dos enfermeras recorren el pasillo charlando, sin verles siquiera.
—¿Ése era el timbre de la comida?
Esta vez es el de las zapatillas quien pregunta.
—¿El qué? —dice el hombre del pijama verde.
Se encogen de hombros. Se miran.
—Eso que ha sonado.
—No —dice— yo no he oído nada.
Al fondo —ahora sí— suena una campana y de las habitaciones empieza a salir el resto de la gente, hacia el comedor. Los dos se quedan mirando hacia abajo, el de la zapatilla rota mueve el dedo gordo que le asoma por el agujero.
—¿No lo has oído? No me digas que no lo has oído. Tienes que haberlo oído.
—No. Yo no he oído nada —dice el del pijama verde.
Sentados, en medio del pasillo completamente vacío, vuelven a quedarse en silencio.

Mendión especial en el I Premio de Relato mínimo Diomedea


9 pisaron la hierba:

Anónimo dijo...

me gusta el pasillo completamente vacío. me gusta tu jardín, el olor de su hierba.

enhorabuena por la mención especial.

:)

Arilena dijo...

Gracias dimitri. Pasa y quédate todo lo que gustes por aquí. Ya prefieras esos pasillos vacíos o el césped verde será un honor recibirte.
;)

Javier Puche dijo...

Hola, Arilena. Quería felicitarte por tu relato. Me ha gustado mucho.

Arilena dijo...

Muchas gracias Herman. La mayor felicidad es que hayas llegado hasta aquí y te haya gustado el relato. Bienvenido.

Javier Puche dijo...

Seguiré visitándote. Ya he puesto el enlace a tu casita en mi recién inaugurada bitácora, a la que estás invitadísima. Un saludo

Ivan Humanes dijo...

Un placer visitar tu casa, tu jardín (sin pisar la hierba, claro). Felicidades por la mención especial y por visitar mi página. Abrazos.

Paula dijo...

Me ha gustado muchísimo el cuento.
No había leído todavía los resultados del primer Diomedea, enhorabuena por la mención.

Un abrazo

Manu Espada dijo...

Muy chulo el relato. Rezuma una soledad brutal. Enhorabuena.

Arilena dijo...

ihb, todo un placer que te pases por aquí. Ya lo dije, felicidades por el Diomeda, un grandísimo cuento el tuyo. Seas bienvenido a los senderos de arena de este jardín.

paula, gracias por pasarte por aquí. Se bienvenida también, a los senderos de arena o sobre la hierba tibia (o mojada de rocío, como prefieras). Imagino que lo habrás leido ya pero si no, el cuento de Ivan Humanes es estupendo y los demás que quedaron finalistas también.

Bienvenido manuespada. Muchas gracias por el comentario y regresa a este jardín cuando quieras. El relato, no sé si sabrás, fue mención de honor en el recién inaugurado Premio de relato mínimo Diomeda. El ganador y los finalistas son todos grandes microcuentos. Por si quieres pasarte, este es el enlace:

I Premio de relato mínimo Diomedea


Merece la pena.
Un saludo