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[...] ―Quiero verlo.
Dijo eso. No dijo me gustaría verlo o quizás podríamos abrirla y mirar dentro. Quería volver a verlo así que apoyamos la maleta en el suelo, deslizamos los cierres metálicos hacia arriba que se abrieron con un clic suave y asomamos los ojos en aquel pequeño lugar oscuro desde donde ―sabíamos, ya lo sabíamos― el gato no había dejado de mirarnos desde el principio. La dejamos entreabierta y nos sentamos en torno a ella toda la tarde. Bromeamos sobre la novia de Pedro, quedamos en reparar la cabaña del árbol, nos acordamos del abuelo, de la tarde caliente cuando murió y luego nos quedamos en silencio mirando la maleta. Habíamos puesto un palo entre las tapas para que no se cerrara del todo. Y mirábamos —realmente nunca supimos cuanto tiempo habíamos pasado mirando aquella maleta vieja, tumbada en la hierba— tratando de escuchar como el gato maullaba desde dentro. [...]
4 pisaron la hierba:
no sé qué tiene pero me gusta sobremanera ese gato en la maleta!!
besos, arilenne, como veo todo va bene aunque sospecho que no es la mejor época del año...
No es la mejor época, no. Pero lo bueno es una época con fecha de caducidad (consúmase preferentemente antes del fin de: 23/06/08)
El gato resultará ser un McGuffin, verdad?
Saludos.
Hola compañera!! Sigo tu blog y me encanta, aunque hasta ahora no te he hecho ningún comentario. Ahora por fin me he atrevido a publicar uno propio con mis cuentos. Te dejo la dirección, te invito a visitarme y ojalá algún día podamos charlar.
www.miriam-marquez.blogspot.com
Espero tener la misma voluntad y acierto que has demostrado tú este año,
Miriam
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