Accidentes caseros (5)
—Pon el plato de postre en su sitio —le dijo su madre—, si quieres tarta otro día.
Pero cuando se acercó al lavavajillas ―el hermano mayor lo había dejado abierto, enseñando las fauces― cayó dentro y la puerta se cerró detrás de él.
Se tapó la nariz y aguantó la respiración todo lo que pudo. Al salir la ropa le había encogido y tenía los calcetines del color de la camiseta. Aún así buscó a su madre.
—No quiero nunca más tarta de chocolate —le dijo―. El próximo día cómprala de fresa.
Luego subió corriendo a su habitación, orgulloso, imaginando que había sido un león quien le había mordido en el brazo.
Pero cuando se acercó al lavavajillas ―el hermano mayor lo había dejado abierto, enseñando las fauces― cayó dentro y la puerta se cerró detrás de él.
Se tapó la nariz y aguantó la respiración todo lo que pudo. Al salir la ropa le había encogido y tenía los calcetines del color de la camiseta. Aún así buscó a su madre.
—No quiero nunca más tarta de chocolate —le dijo―. El próximo día cómprala de fresa.
Luego subió corriendo a su habitación, orgulloso, imaginando que había sido un león quien le había mordido en el brazo.
9 pisaron la hierba:
Definitivamente estudiar botánica es bastante más aburrido que estudiar zoología. Tanta planta... así me salen estás cosas. Esta vez no fueron los saltamontes.
A mi también me gustan las tartas de fresas!
Saludos arilena, hacía rato que no pasaba por aquí.
Ya que te pones con los codos: En cuento termine, esto de tus exámenes. Supongo que ya tienes tu idea de final feliz, o al menos tranquilo.
Un saludo y buena suerte.
Los lavavajillas tienen eso: no saben de fonética, sólo de sonidos, y lo mismo lavan una vajilla que un bajillo (perdón por el chiste malo, me acabo de levantar y eso me disculpa -creo).
El cuento me ha dejado una sonrisa plantada en la cara (¿dónde si no?), y eso de es agradecer.
Besos.
Tomándome al pie de la letra tu invitación vuelvo aquí y te doy las gracias por indicarme un efecto secundario a la ingesta desmedida de tarta de chocolate, distinto empacho.
Un saludo y, por supuesto, tienes abierta las puertas de mi blog.
¡Ricas, ricas! las tartas de fresa. Saludos para ti también, Dragón de azúcar
Gracias por los ánimos, Carlos. Con los exámenes se hará lo que se pueda. A ver si acaban de una vez.
Si eso ha conseguido el texto-cuento me doy por satisfecha, Viajero.
Gracias por volver, Raúl. En cuanto tenga tiempo comento en tu blog. Pasarme ya me he pasado alguna vez desde los comentarios que dejas en relataduras.
Saludos a todos
Sueño, o te has comido una entrada?
Me he comido la entrada, jeje. Se acabó ya la pausa publicitaria (ya no se puede votar). De todas formas, el cuento está publicado en el blog, lo mismo que los audios de la radio.
Lo sé. Lo he ledío (ya te confesé que también me he presentado en alguna ocasión).
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