Variación I
Sí, esos, sí, los elefantes, de verdad, sí, los de las orejas enormes, los de África sí, cualquiera diría que sí, que les nacen hongos en la piel, pues sí. ¿Y qué voy a saber yo por qué? Pero sí, les nacen, y son enormes. Y los masai y los zulús le frotan la piel, día y noche, claro. Y frotan y frotan pero los hongos no se quitan, no. No hay forma de quitarlos, ni siquiera cuando el elefante ya ha muerto, sí, no hay forma.
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