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domingo, 17 de junio de 2007

Graduación

Las pijas que se cuezan en su salsa. A fuego lento a ser posible. Aunque bien mirado, ellas solas, dorándose al fuego, son un plato demasiado fuerte. Y no hablo de pijas descafeinadas, no. Son pijas de las de todas las letras P I J A S. Sí señor, y se pasaron toda la graduación —toda, aquí no hay medias tintas—, haciendo lo que mejor saben hacer. Delante de una pequeña multitud que llenaba (llenábamos) el salón de actos estaban los profesores. Alguno sería de filosofía o historia pero los más, seguro, eran violinistas o trompetistas o pianistas. Empieza el acto con unas palabras (tópicos, todo tópicos) de la directora y luego un video de todos (¿alguien dijo de todos?) Debió quedárseme la misma cara que pongo cuando me siento a ver una película con mi madre, uno de esos dramones de antena 3 y tengo que esforzarme (va en serio), morderme la lengua para no... decir... decir...nada. Se iba sucediendo el desfile de modelos, artificial, peinados de peluquería (cómo en esa estupenda última escena de Little Miss Sunshine en la que Olivia es la única realmente bella).
Hace frío, quizás, aunque también pudiera ser el granito del edificio —echaré de menos asomarme a la ventana, o escaparme de clase, y ver el Monasterio enorme, tal vez con una recua de chinos haciendo cola para entrar (y sus guías, siempre con un paraguas o un palo en alto con esos pañuelos chillones —fucsia o verde o amarillo— a juego con la pegatina sobre la solapa de la camisa del turista).
Abrazos, risas y lloriqueos.
Y seguían repitiéndo:
—Os quiero, os voy a echar de menos, os deseo lo mejor. Tenemos que quedar.
Cómo si no supiesen que el próximo año tendrán nuevos amigos.
Y luego, más abrazos y más lloros.
Los profesores también. Son sus niñas o sus mujercitas como decía alguno.
Dan los diplomas. Para mí sólo un enhorabuena frío, casi una disculpa.
—Ellas son del integrado y tú, bueno, tú del conservatorio. A tí no te conozco.
Claro. Para qué.
Las niñas suben al escenario. Las dos, pijas por excelencia, calcos perfectos (mismo peinado, misma sonrisa idiota). Bromas privadas. Y luego las menciones. Y sí, yo tenía mención y digo tenía porque resulta que para la gente del conservatorio (¿por qué si somos cuatro gatos?), para nosotros no hay matrícula, (ni para M ni para mí).
Paran de hablar arriba, en el escenario, y el murmullo se extiendo. Risas y lloros. ¿Por qué la gente insiste en llorar en acontencimientos como éste? Se llora con una buena peli, de esas que te tocan por dentro. Se llora con un bueno libro o cuando alguien te pasa un cuento y es tan bonito, tan bello, que lloras por lo bajo, tragándote las lágrimas, enroscada sobre la cama y quizás abrazando un cojín.
Entonces me levanto y huyo. "Las pijas que se cuezan en su salsa" pienso. Rescato mi guitarra de la taquilla.
De camino a casa voy pensando en ver esa peli que tengo pendiente (una genialidad de Woody Allen), en leer —saborear— el tercer relato de "Ceremonias de interior" y quizás también escribir un poco. Algo que pueda acabar así:

Mientras, ese alguien se aleja, caminando hacia una calle oscura, negra, deshaciendose un poco. Goteándo tras de sí nombres de mujer.

3 pisaron la hierba:

Anónimo dijo...

Arilena: Comprendo las sensaciones que describes. Solo una pequeña reflexión-advertencia: no es "bueno" si cosas así te pasan muy a menudo.

Si logras dominar esas situaciones (sabiendo lo que hay) e integrarte en ellas, 1) tendrás más libertad, 2) no tenderás a darte la razón en solitario y 3) te lo pasarás pipa porque te reirás de la situación en lugar de pasarlo mal porque te molesta.

En el fondo no compensa sentir rabia o pesadumbre porque viste a 4 pijas en una entrega de diplomas.

Espero no molestarte con mi comentario. Va con toda la buena intención (yo pasé por eso)

Un saludo

Ana Pino-Blanco dijo...

Jajaja, si me lo pasé pipa. Yo realmente me considero un tanto rara, no espero encajar con ellas (aunque no fueran sólo 4 jeje).

Tampoco el post pretende ser totalemente real. No es más que una anécdota. Algo que utilizo de excusa para escribir.

En absoludo me molestan los comentarios y espero que este pequeño blog te guste y sigas por ahí leyéndome.

Un saludo y bienvenido

Anónimo dijo...

Gracias, resalá. Desde luego que seguiré viniendo ^^