Accidentes caseros (2)
—Oh, venga, no miréis así al pobre microondas ―decía mamá—. Es demasiado joven para saber que no importa que el horno sepa que tiene miedo.
—Miedo ¿de qué? —preguntó el niño pequeño, curioso.
Su hermano se agachó y se lo dijo al oído. Con una sonrisa maliciosa le vio irse corriendo y meterse en la lavadora entre los calcetines blancos y húmedos que todavía estaban allí dentro.
—Miedo ¿de qué? —preguntó el niño pequeño, curioso.
Su hermano se agachó y se lo dijo al oído. Con una sonrisa maliciosa le vio irse corriendo y meterse en la lavadora entre los calcetines blancos y húmedos que todavía estaban allí dentro.
4 pisaron la hierba:
Miedo, ¿de qué?... al final me he quedado con la intriga...
bss
¿Qué crees tú que puede ser?
:-p
Prometedora esta serie de Accidentes caseros. Porque habrá más, ¿no?
Suerte para el niño pequeño que los calcetines blancos ya estuvieran lavados, aunque se gane una pulmonía.
Aún no sé si habrá más. Depende de si se me ocurren. Espero que sí.
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