Primer párrafo de cuento, para evitar la sequía bloguera preexámenes
EL GATO DE LA MALETA
El abuelo nos dejó su vieja maleta como herencia. Murió despacio, seguro de sí mismo, como había sido siempre. El abuelo tenía sus cosas raras y aquel día —yo recuerdo un verano caliente, de lagartos tomando el sol hasta el último rayo de la tarde— nos pidió que le fuéramos a buscar esa maleta pequeña, de cuero, llena de pegatinas de colores, que llevaba siempre allá donde fuera. Víctor y Pedro aún no habían cumplido los siete y yo apenas pasaba de los nueve.
—La maleta, rapaces, venga, que me muero —nos había insistido—. No tengo todo el día.
Nosotros, que nunca habíamos visto al abuelo así, casi muerto, no dejábamos de mirarnos la punta de los zapatos negros que la abuela nos había hecho poner.[...]